Dormir bien es una función vital para restaurar nuestro
cuerpo y garantiza el equilibrio entre las exigencias biológicas y nuestro
estilo de vida.
El sueño perdido no se recupera, sino que se acumula,
irremediablemente, teniendo serias consecuencias también a medio y largo plazo.
Todos tenemos una medida propia de sueño de acuerdo a
nuestras actividades y metabolismo
Problemas de conducta y crecimiento, menor rendimiento
escolar y coeficiente intelectual o mayor probabilidad de obesidad, son sólo
algunas de las consecuencias más importantes de dormir mal a edades tempranas.
Dormir el tiempo necesario, ayuda a bajar de peso, porque
cuando descansamos bien, quemamos más grasa. Varias universidades en Estados
Unidos han hecho estudios donde se ha comprobado que las mujeres que duermen 5
o menos horas al día son más propensas a sufrir de sobrepeso y enfermedades
asociadas, y esto se debe a que mientras dormimos, el cuerpo realiza estas
funciones asociadas con el peso:
- Metaboliza carbohidratos para transformarlos en energía. La falta de sueño o dormir poco o de manera interrumpida interfiere con este importante proceso metabólico y como consecuencia se acumula grasa en el cuerpo.
- Regula el apetito, pues el cuerpo se relaja y disminuye los efectos del estrés y cansancio, que en el caso de no dormir bien, es liberado consumiendo alimentos con alto contenido calórico, ya que disminuye tu leptina, reduciendo tu sensación de saciedad y comes más para saciarte; por otro lado aumento tu grelina lo que produce una sensación de hambre.
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